Hay dos cosas que me encantan de Semana Santa: la luna llena, siempre fiel compañera de estas fechas, y las torrijas. Comparto esta receta con vosotros para endulzar un poquito, vuestra vida.
INGREDIENTES:
Barra de pan (preferible día anterior o dos días, pan duro)
Leche
Aceite de oliva
Azúcar
Azúcar de vainilla
Canela en rama
Canela molida
Huevos
Cáscara de limón-naranja
PREPARACION:
Cortar el pan en rebanadas gruesas, poner en una cacerola leche añadiéndole azúcar, canela en rama y las cáscaras del limón y la naranja. Cocer y cuando cueza apartar del fuego y dejar enfriar hasta que la temperatura este templada.
Batir huevos, poner en una sartén abundante aceite, este tiene que estar caliente. A continuación, mojar las rebanadas en la leche y luego pasarlas por el huevo y poner a freír, cuando estén doradas sacar y ponerlas sobre una servilleta de papel para quitarles el aceite sobrante. Cuando estén escurridas, en un plato se mezcla, azúcar, azúcar de vainilla, la canela molida y se rebozan.
Colocarlas todas en una fuente y añadirles la leche sobrante que hemos utilizado para mojarlas.
Trucos:
- También las hay de vino, en vez de utilizar leche las sustituimos por vino dulce.
- En vez de mojarlas con leche al final, podemos hacer un almíbar agua o vino, azúcar, miel y canela.
- El grosor es importante para que no se rompan al freír.
- Si no teneis pan duro, podéis comprar el pan especial para torrijas que venden en las panaderías es mas esponjoso, y ya viene cortado.
- Yo las preparo con aceite de oliva, pero se pueden freír en aceite de girasol, mucha gente las fríe en girasol porque sale menos espuma, pero un truco es meter en el aceite un clavo de metal.
- Existen muchas variedades de Torrijas, el otro día experimente, y las hice mojadas en natillas muy liquidas, en vez de leche y la verdad que están deliciosas, probadlas y os sorprenderá.
CURIOSIDADES:
Si tuviéramos que destacar un dulce típico que simbolice la Semana Santa madrileña destacaríamos “la Torrija”
En el siglo XV, ya se comían torrijas. De origen humilde, se dice que su vinculación a la Semana Santa se debe tal vez, a la prohibición de comer carne en estas fechas, ya que satura pronto al comensal y le mantiene aliviado de la necesidad de probar algún otro plato.
También se dice, que la tradición nació en los monasterios durante la Edad Media y cuentan que la torrija representa la vida y muerte de Jesús. Y es que la receta se realiza con "pan muerto" que debe ser bañado en leche, huevos y fritura para que "resucite".
En casi todas las tabernas de Madrid, a principios del Siglo XX, se servían Torrijas, acompañadas de un chato de vino, una de las más famosas de la época son las de la Taberna de Antonio Sánchez del barrio de Lava pies.
En las curiosidades del argot madrileño, Torrija significa “borrachera”, los hombres se iban a la taberna a tomar torrijas y chatos de vino, tomaban más de lo recomendable…Y cuando volvían a casa, les preguntaban sus mujeres donde habían estado y contestaban “comiendo torrijas” y de ahí el nombre que hemos heredado hasta nuestros días:”Estar torrija”.
Por cierto no olvidéis ponerle el ingrediente estrella a este plato:
Mucho cariño
